El agua dura contiene una alta cantidad de minerales disueltos (como calcio y magnesio). En cambio, el agua blanda ha sido tratada para que el único ion que quede sea el sodio.
Cuando el agua de lluvia cae, es naturalmente blanda. Sin embargo, a medida que se filtra por el suelo y llega a los ríos y corrientes subterráneas, recoge minerales como tiza, cal, calcio y magnesio, convirtiéndose en agua dura.
El agua dura es la responsable de dejar manchas en los platos, ropa opaca y residuos o sarro en los baños. Además, el jabón y los champús son menos efectivos con el agua dura debido a su reacción con el magnesio y el calcio, lo que hace que la espuma sea menos abundante y deja el cabello con una sensación pegajosa y sin brillo.